Este imponente arreglo fúnebre presenta una combinación armoniosa de lirios blancos que representan pureza y serenidad, intercalados con vibrantes rosas naranjas que añaden un toque de calidez y esperanza. Las flores moradas, que rodean las rosas, crean un contraste profundo y elegante, evocando la dignidad y el respeto. Los gladiolos blancos en la parte trasera del arreglo elevan la composición, añadiendo altura y solemnidad. Todo el conjunto está rodeado por un follaje verde fresco que enmarca la disposición floral, dándole volumen y un acabado natural. Montado sobre un pedestal blanco, este arreglo es ideal para momentos de despedida, ofreciendo un homenaje lleno de color y simbolismo.
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